I
Pensaste
que sería fácil tenerme sobre tu palma
y yo
que sería fácil tenerte sobre mi cama.
Conclusión :
Los perros ya no ladran
de tanto reírse
de nosotros.
II
Ya te olvidaré...
Y será más piedra mi olvido
que tu propio corazón.
III
Cuando tenía siete años
me sentaba en la entrada de la casa
y miraba
a las mujeres
treinteañeras y hermosas que pasaban.
Mis ojos lo decían todo
y ellas
devolvían mis miradas
deseando
fervientemente
tener
veintitrés años menos.
IV
La fiebre...
Y sostengo todo el mar sobre mi frente.
Todo el mar
Y la noche
con sus viscosos
cadáveres
corruptos.
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