No enciendan las luces,
Sólo busquen
En los rincones ocultos de sus ojos,
Allá
Donde se elevan los sueños
Y el día lleva
Zapatos de colores.
Yo no sé nada.
Tengo un doctorado en ello.
Fue la misma noche
Que una estrella perdida
Cruzó llorando el charco
Que rompí con mis pies
Cuando pensaba
Que la escarcha
Era el vestido de novia
De las sombras.
Hagamos un ejercicio:
Guarden los autos,
Saquen
Unas cuantas sillas a la calle,
Pongan la radio
Suavecito
Y conversen de nuevo
Con el mundo.
Piense usted
Que no hay nada de malo
En llorar a moco tendido.
Lo malo está
En el pañuelo de marca
Con que oculta sus lágrimas.
Escribo
Porque las palabras son autónomas.
Porque
Quedaron encerradas
Dentro de mí,
Sin ser ellas
Culpables
Ni yo
Prisión.
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