I
Me enamoré de una mujer fantasma
-bella como la vida misma-,
Que taconeaba
Noche y día en mi cabeza.
Me hacía confundir el norte
Con el sur,
Las horas con los trenes.
Apretaba mi soledad
Con sus palabras ciegas.
Corría desde mis ojos
A mi corazón
A velocidades fantásticas.
Se alejaba
Del día de mañana
Y
Dejaba
Pequeños pasos
En los recuerdos viejos.
La mujer fantasma
Nació de las piedras
Y piedra se hizo
En mi silencios.
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