I
Me asomo al mundo para copiarlo;
pero, es malo mi arte
y los pájaros se me hacen sueños
y los sueños, luces
y éstas vuelan
corriendo
hasta tus ojos
a sumergirse,
para ser
más luz
o distancia
en tus océanos.
II
Svetlana,
la más hermosa niña de Bogoliúbovo,
soñó una noche con un país extraño.
Con un hombre que creaba pájaros
con sus palabras
y que la miró
con una sonrisa que le calló el corazón.
Svetlana
pensó entonces
que su vida sería diferente;
pero,
nada pasó.
III
Decía
que tuvo una "mina" en Valparaíso.
Una gringa.
Decía
que la Irma era sólo un mal recuerdo.
Que dolía a veces,
pero, qué importaba.
Me dijo,
-sólo una vez me dijo-,
que se había obsesionado con mi madre
y lloró en silencio
como aquella vez
en que -mirándome a los ojos-
me gritó
que prefería perder un hijo
que a su partido.
IV
En 1941, a las once de la mañana,
doña Rosalía dejó de alimentar a sus gallinas.
Miró hacia el cielo y no pensó nada.
Absolutamente nada.
Setenta y tres años después,
a la misma hora,
habían 34 grados a la sombra.
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