I
De la tarde vienen
mil caballos rojos
Y los pájaros vuelan
heridas de navajas.
Pero,
no hay que temer:
La muerte está dormida en cama ajena.
II
Iré a ver la esfinge.
Mojaré mis patas en los ríos sagrados.
Al final,
Voy a decir
Que la vida
Se llueve por los cuatro costados.
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