I
Miro
fíjamente al horizonte.
No hago más que eso.
Contemplo
fíjamente
al horizonte.
II
Yo,
no dictamino normas.
Dejo
que cada cual
haga
lo que quiera.
Porque,
simplemente,
miro fijo al horizonte.
III
En el horizonte
están las cosas cercanas.
Los secretos
casi mágicos de las caricias.
Árboles
creciendo
por doquier.
IV
Dios,
me mira desde el horizonte
por el rabillo del ojo
y esboza una sonrisa
(o eso creo).
Lo demás son
cuentos chinos.
V
A ver, a ver,
¿cuál es la dirección correcta...,
la que viene o
la que va?.
VI
Un sátiro
es un poeta
con los sueños cumplidos.
Para él,
el premio Nóbel
es sólo
papel Confort.
VII
Lo que aquí se escribe,
es la pura verdad.
No importa en lo absoluto
si usted no entiende
un pepino.
VIII
Váyase despacio
y regrese,
-si puede-,
más lento
todavía..
IX
¿Por qué miras
fijo al horizonte?
-Porque,
si no lo hago,
el sol
caerá de golpe
sobre el mar.
X
Lo reitero :
La única estética comprensible
es
el horizonte.
XI
La palabra
rizoma
significa
-en el horizonte-
lo mismo;
pero,
sobre la superficie.
XIII
El horizonte
no es como la "Casa de Irene",
aunque sus guiños
son así de misteriosos.
XIV
Un poeta
no busca
la verdad.
Sólo
revuelve palabras
en el crisol del horizonte
hasta que sangra
profusamente
de nariz.
XV
No fue una epifanía como tal.
Sólo
me senté a descansar un rato.
A mojar mis patas en el agua
y entonces,
me puse a mirar
fijo
el horizonte.
XVI
Bien, señores.
Váyanse a dormir.
Ahora es cosa
de la luna,
el horizonte
y yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario