I
Ya está listo, vecina.
Lo lavamos.
Le peinamos su barba.
Lo vestimos
Con las ropas que él quería.
Lo único que no supimos
Fue
Qué hacer
Con la luz que le sale del pecho.
II
Dé dos pasos hacia el sol:
Concéntrese.
Evite los recuerdos al atardecer.
Suba
Constantemente
El cierre
De sus pantalones.
Por último,
No llore bajo la luz de la luna.
III
Constantemente
Tiro piedras
A los que vienen hasta mi tumba:
Desordenan las flores,
Meten ruido,
Lloriquean.
Luego, se van muy relajados
Dejándome a mí
Con los nervios de punta
Y
Al borde mismo
De la resurrección.
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