I
Los guanacos pasaron bala,
impasibles.
Hacía días que venían marchando
desde el desierto y la cordillera nortina.
Las llamas caminaban resueltas a su lado.
Desde el sur,
Un par de huemules, cuatro pumas
y dos zorros a mal traer,
lanzaban panfletos y trataban
inútilmente
de esconder un par de viejas carabinas.
La capital ya estaba cerca.
Con todos los humanos
escondidos
en un mall.
II
Me volví descuidado con los años.
Dejé
que el olvido
oxidara mis huesos
y que tu ausencia
desgastara mis ojos
en sus distancias.
II
Cuando te fuiste
quedé mirando al suelo;
pero, aún así,
la vida se las arregló
para mostrarme sus estrellas
en los charcos.
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